Evitar la relación con la prensa, aportar datos precipitados o eludir responsabilidades son actitudes erróneas que algunos CEO (Chief Executive Officer) adoptan en momentos de crisis empresarial que acrecentan el problema afectando de manera negativa a la reputación de la compañía, a veces de manera irreversible. Mayte González-Gil, Directora General de poweraxle y experta en gestión de crisis, aporta algunas pautas para adquirir una actitud positiva y proactiva ante los momentos más difíciles que pueden hacer tambalear los cimientos de las empresas más sólidas.
La actitud ante una crisis
“Durante una crisis el CEO es el rostro visible de cualquier empresa y su liderazgo puede contribuir a paliar los efectos negativos e incluso revertir la situación en favor de la empresa” apunta Mayte. Generar empatía con los afectados, ser transparente con los medios y estar disponible para los interlocutores resultan clave para resolver el panorama que se presenta. “En estos casos el CEO debe reflejar responsabilidad, asegurando que se analizarán a fondo las causas que han llevado a esa situación y que se pondrán todos los recursos para evitar que vuelva a suceder” explica la Directora General de poweraxle. El compromiso, la honestidad y el sentido del deber resultan actitudes imprescindibles que tienen que ir acompañadas de la voluntad de colaboración y el interés por los afectados; promoviendo que todo el engranaje empresarial se involucre para poner solución al problema y evitar causar más daños.
El papel del CEO
Como máximo representante de la empresa, el CEO debe ser quién tome las riendas desde un primer momento y coordinar a todo el equipo de dirección en un procedimiento que analice completa y rigurosamente las causas que han derivado en una crisis, informe a todos los interlocutores ya sean empleados, clientes o medios, según se conozcan los datos más relevantes y, sobre todo, tome una participación activa en la relación con los afectados. “Mantener la calma y dejarse asesorar por expertos es vital para que la empresa pueda poner en marcha un plan de actuación capitaneado por el CEO, quién debe asumir en primera persona la dirección del conflicto” aconseja Mayte González-Gil.
Prevención y contención
Actualmente, con el acceso a las redes sociales, la viralización de una posible crisis es exponencialmente mayor de lo que era hace no más de 10 años. Es por ello que la elaboración de un Plan de Prevención y Contención de Crisis resulta indispensable puesto que permite realizar un ejercicio de identificación de los puntos vulnerables de la empresa, así como establecer un protocolo de actuación en el que cada uno de los responsables de las distintas áreas asuma un rol determinado. “Ninguna crisis será igual a la que se haya podido contemplar sobre el papel, pero un protocolo bien planificado permitirá tener claros los primeros pasos que el equipo directivo debe dar. La prevención es la mitad de la solución del conflicto ya que improvisar, cuando la crisis es un hecho real, puede llevar a cometer errores incorregibles” culmina la Directora General de poweraxle.